Descubrí el Yoga hace 15 años, casi de casualidad, y mi recorrido en este camino ha sido, y sigue siendo a día de hoy, marcado por la curiosidad y el profundo interés por entender los cambios sutiles que la práctica realiza en mi cuerpo y en mi mente.
He tenido la oportunidad de practicar diversos estilos (Hatha, Kundalini, Vinyasa e Iyengar) y de poder practicar con profesorado de distintas nacionalidades y en diversas partes del mundo, y esta riqueza en las varias fuentes de aprendizaje se ha traducido en un deseo muy fuerte de poderme convertir en Profesora de Yoga.
En 2019 me formo como Profesora de Yoga con la Escuela Internacional de Yoga, especializándome en Yoga en la Educación, Yoga Nidra, Vinyasa Yoga y Yoga para la Mujer. Todo ello ha reforzado en mí el interés por conocer más acerca del cuerpo humano y la anatomía, con el objetivo de poderme dirigir desde la conciencia y el conocimiento del cuerpo al alumnado, llevándome a formarme también en Yoga Terapéutico, Sistema Fascial y Yoga para Trastornos de la Conducta Alimentaria.
Además, debido también a mi pasión por la enseñanza y la educación y al haber estado trabajando en colegios y centros de enseñanzas privadas, profundicé también en el área del Yoga enfocado a Niñas/os con Diversidades Funcionales.
Finalmente, en mi camino se hizo más presente la necesidad de investigar en los aspectos más sutiles de la práctica, llevándome a formarme en Yin Yoga y Meditación.
A día de hoy, sigo sintiendo que mi práctica es un camino de autodescubrimiento, un viaje que no siempre fácil o cómodo pero que, sin duda alguna, me lleva a conocerme más y a tener más herramientas para desenvolverme en la relación con mi entorno desde una mirada más equilibrada, transparente y compasiva.